No Puedo

No puedo, no debo, no quiero.

Pero necesito.

Lucho contra ello.

Enrollo un mechón de mi pelo entre una supuesta indiferencia vital.

No sé a quien pretendo engañar.

Lo sé. Lo saben. Lo sabes.

Aunque yo en realidad lo ignore todo.

Aunque tú no seas partícipe de nada.

Aunque ellos no lo entiendan.

¿Cómo comprender tal angustia, alegría, tristeza, rabia, agotamiento?

Esta incertidumbre de dominar y ser dominada por un sentir confuso por un desconocido. No quiero. Pero deseo. Necesito acercarme a tu boca, esquivarla y susurrarte al oído que eres tú todo lo que brota de mi alma. Lo que me mueve al cambio. Lo que sea para ser tuya. Lo que sea.

Lo que sea para que me pertenezcas. Mío. Hermosa palabra. Difícil objetivo.

Me alejo al acercarme. Mi mente se nubla.

Te miro.

Aprovecho cada segundo cerca de ti como si fuera el último. Me aprendo hasta el último rasgo de tu rostro, para después huir temiendo que me hayas descubierto. Temiendo que haya sido la última oportunidad de verte. Que no haya memorizado correctamente la curva de tus labios, la caída de tu pelo, el brillo de tus ojos.

Invierno

Y por fin llegó el invierno.
La lluvia empapó los tejados, que se convirtieron en los espejos de una luna fría como la helada que cubre las calles al amanecer.
El viento comenzó a soplar, envolviendo cada fibra del temerario transeúnte que aún no se había despertado de su sueño de verano.
Un copo de nieve rozó, con dulzura, el brazo desnudo de una joven que se acababa de despertar, mimetizándose con su pálida piel.
Lluvia, frío, viento, nieve.
En la calle.

Lumbre en el hogar.
Luz en el alma.
Fuego en el corazón.

Maquillaje

Yo no quiero ser influencer de ascensor
No quiero ser instagramer de rellano

Quiero pintarme los labios sin que me pregunten por qué me pongo tan guapa para ir a por el pan.

Que por qué me pongo guapa... ¿qué es ser guapa si tengo que teñirme color sangre para cumplir el standard de una guerra que he perdido al rendirme ante un pelo imposible esta mañana?

Quiero maquillarme no para ti, ni para ellos, sino para poner una máscara a la realidad emocional que me devora.

Para ocultar las ojeras, memoria de lágrimas bajo la luna artificial de mi lámpara de mesilla.

Para ocultar la tristeza de no tenerlo, el desgarro de la soledad.

Maquillo mi cara, maquillo mi alma, y le doy una pincelada a los pensamientos.

No sea que divague demasiado y el carmín líquido de mis heridas emborrone la pintura y exponga mi corazón desnudo.

Tú

TE NECESITO

Necesito tu sonrisa iluminándome por las mañanas, siendo el sol que no sale en mi eterna noche 

TE AÑORO

Añoro tu cuerpo enredado en el mío. La confusión de la piel, el calor de los sentimientos arropándonos en las frías madrugadas de invierno 

TE QUIERO 

Quiero tu mirada sobre la mía, tu mano sobre mi mano, tus brazos alrededor de mi cintura en una eterna promesa de protección ante mí misma. 

A TI, Y SOLO A TI 

Mi techo en las noche de tormenta

Mi puerto en los días de marejada 

Mi destino en la incertidumbre que a todos nos persigue 

Tú, mi punto de partida y el final de mi viaje 

TÚ, MI HOGAR

Idilio insomne

Ojos de luna
La oscuridad me acuna.

Fluye el río de la vida
Y el alma lo navega empapando sus pies en las aguas
Por veces turbias, por veces cristalinas.

Ojos de gata
Delirios de plata.

Mezo mi cuerpo con el arrullo de las sombras
Que se mueven al compás de mis bostezos
Me rindo ante la caricia del sueño
Que con su insinuante danza me invade
Y explora mi anatomía

Se inicia como un susurro en mis pies
Y con un cosquilleo en las piernas
Alcanza mis muslos
Y roza mis caderas
Recorre mi vientre con un suspiro
Asciende con su suave aliento entre mis pechos
Y ondulante, baila por mis brazos hasta envolverme por completo
Y me atrapa en su seno. No opongo resistencia.

Huyo con él al país de nunca jamás,
para jamás volver a la tormentosa realidad de los insomnes.

Quizás

Quizás algún día deje de temer perderte.

Quizás algún día pueda dejar de mirarte a los ojos como si fuera la última vez.

Ojalá pudiera dejar de despedirme de ti como si no fuera a volver a verte.
O hablarte.
O sentirte.
O pensarte.

O de soñar tus labios como si ya se hubieran escapado de mí para siempre.

Desearía no temer que te alejes.
Que abandones.
Que olvides.

Desearía no dudar, desearía no llorar.
Desearía tenerte a mi lado.

Qué podría desear que no tenga.
Qué podría no tener miedo a ver marchar.

El innombrable

Me encarcela el pecho y rompe mis esquemas
Tensa mis articulaciones, acelera el pulso en mis arterias
Nubla mi mente esta tormenta pasajera
Arde desde el corazón hasta la punta de los dedos

Y el insomnio, tenebroso acompañante en mi oscuro encierro.

Lo niego. Lo trato de detener. Es más fuerte que yo.
O yo demasiado débil…
Me parto en dos. Y en tres. Y en cuatro.
Y mil pedazos de mí flotan en el vacío de mis sentimientos.
Una lágrima. Dos. Tres.
Un alma negra invade mi cuerpo.
Un suspiro. Dos. Tres.
Y ya no siento nada.
Porque mejor no sentir que sentirlo a él.